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sábado, 9 de enero de 2010

¿Tropiezas con la misma piedra?


Llegó el momento de romper el maleficio de cometer el mismo error mil veces.


Checa tu nivel de exigencia
¡Acéptalo! Te encantaría ser la número uno en todo y nunca en la vida cometer errores, pero como ya lo sabes, nadie ni nada es perfecto y aunque no puedes evitar equivocarte, si hay una forma de mejorar cada día. Antes de empezar a darle vueltas a todas las cosas que no te han salido como querías, es básico que empieces a descubrir cuales son tus limites a la hora de exigirte, pues muchas veces puede que sientas que si no llegas a determinado nivel de excelencia serás una chica fracasada; sin embargo, eso no es verdad y aunque esta perfecto aspirar a ser la mejor, lo que vale no es el resultado, sino dar lo mejor de ti.
La realidad es que todos por más que nos esforcemos siempre cometeremos errores y tenemos derrotas, por eso es fundamental aprender a reconocer esas equivocaciones, para que poco a poco vayan desapareciendo. Si tienes un error repetitivo, del cual te cuesta mucho trabajo librarte, pon un poco de atención y analiza cuál puede ser la raíz del problema, pues la mayor parte de las veces ese tipo de situaciones se repiten porque prefieres mantenerlos en el olvido. Cambia la actitud hacia tus propios errores, detéctalos y examínalos desde varios puntos de vista, porque sólo así descubrirás por qué los cometiste y podrás aprender de ellos.

El autosabotaje
Si eres una chava que tiene problemas de autoestima, es más fácil que tú misma seas quien se pongas las trabas para salir adelante. Cometer un error muchas veces puede convertirse en un círculo vicioso en el cual te autoengañas y no haces nada para superar la situación. Lamentarte porque siempre tienes novios patanes o porque cada vez que te pones a dieta en vez de perder un kilo subes dos, no te llevará a ningún lugar, pues inconscientemente evitas afrontar tus errores. Para poder modificarlos, primero debes hacer una análisis sin dejarte llevar por la insatisfacción del momento, y una vez que tengas más claro si es miedo, inseguridad o cualquier tipo de sentimiento, es hora de empezar con un plan de taque para mejorar.

1. Si te caes, ¡levántate!
No seas demasiado dura contigo misma, así que deja de castigarte por haber cometido un error. Todas las personas de este planeta sin excepción se equivocan y seguirán haciéndolo, pues aunque hay experiencias que para algunos son superfáciles de superar, para otros requieren el doble de trabajo. Sea cual sea tu caso, no hay una opción mejor que la otra, así que deja de torturarte y prepárate para afrontar todo lo que la vida tiene para ti.

2. Toma el toro por los cuernos
Aunque te cueste difícil de asimilar, siempre habrán barreras que se topen en tu camino y te hagan sentir impotente, pero lo cierto es que no es tan grave, pues con un poco de paciencia y buena vibra puedes aprender a derribarlas. No niegues tus errores ni los tomes con indiferencia, reconoce lo en lo que has fallado y aprovecha para aprender al máximo. Busca dentro de ti esas ganas de mejorar y reflexiona sobre tu error como algo positivo que te da la oportunidad de aprender y madurar. Observar a tu alrededor y tratar de aprender de las experiencias de los demás, también puede ayudarte, pues aunque dicen que nadie aprende en cuerpo ajeno, no te vendría nada mal poner un poco de atención en los errores de los otros, pues eso te servirá para ver las consecuencias que algunos actos pueden traer, estando desde afuera.

3. Define tu estrategia
Una vez que hayas reconocido tu error repetitivo, anota en un papel todo lo que te hace sentir y las características que envuelven la situación cada vez que sucede. Después escribe una serie de soluciones al problema para evitar caer en lo mismo. Por ejemplo si tienes imán con los chicos malos, elabora una lista de las cualidades que te gustaría que tu siguiente galán tuviera y la próxima vez que un chico te invite a salir pon mucha atención y vete con pies de plomo antes de decirle que te mueres por él. Del mismo modo ocurre en el resto de tu vida, pues si tu problema es que explotas a gritos cada vez que te molestas con tu hermano, entonces lo que debes hacer es apuntar todas las actividades que puedes realizar para que se te baje el coraje antes de hablar con él, ¿captas?

4. Anota tus éxitos
Puede que al primer intento las cosas no salgan del todo bien, pero sólo es cuestión de práctica y paciencia, así que no pierdas la calma en ningún momento. Para que vayas checando los avances que has logrado palomea las cosas que cumpliste de tus posibles soluciones y trata de mejorarlas la siguiente ocasión, pues eso además de ayudarte a mejorar tu autoconfianza, te llenará de fuerza para seguir adelante, ¡funciona!

5.Renueva tu actitud
Si realmente deseas modificar tu conducta, comprométete al máximo contigo misma. Sé flexible, y piensa que todos los proceso requieren tiempo y esfuerzo, pero sobre todo date cuenta de que tu mejor aliada en el camino eres tú. Llénate de pensamientos positivos y celebra cada uno de tus éxitos, pues lo más importante es que tu te sientas contenta y satisfecha. Si no sabes que hacer o te cueste mucho trabajo decidir, primero que nada trata de eliminar de tu cabeza el miedo a equivocarte, pues recuerda que cometer errores es una posibilidad constante que no podemos eliminar de la vida, pero que con la mejor actitud. No olvides que todo pasa por algo, hay muchas pruebas por las que tienes que pasar y es básico que seas consiente de ello, y cuando tengas dudas sólo tienes que preguntarte ¿qué es lo mejor para ti? Pues sólo así descubrirás que al responder que es lo que en realidad te late te será más sencillo encontrar tu camino.

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